Estados Unidos.- Con tan solos dos años Kaylee Robinson está viviendo una pesadilla, la pequeña sufrió quemaduras de tercer grado a manos de la madre del novio de su mamá, quien como castigo sumergió sus pies en agua hirviendo.
Los hechos ocurrieron el pasado 11 de agosto en Chattanooga, Tennessee, cuando la madre de la menor Brittany Smith y su pareja, Kyle Vaughn, acudieron a nadar junto a sus otros dos hijos y dejaron a la pequeña bajo el cuidado de la madre de Kyle, la señora Jennifer Vaughn.
De acuerdo con The Mirror, Brittany recibió una llamada desesperada de Jennifer pidiéndole que volvieran a casa raídamente, pero nunca mencionó lo que había ocurrido.
Cuando Smith llegó a casa encontró a Kaylee retorciéndose del dolor que las quemaduras en los pies le estaban causando. De acuerdo con la versión de la madre su suegra le dijo en un principio que se trataba de un accidente que había ocurrido mientras la niña se daba un baño.
Más tarde, frente al juez, la mujer se contradijo e indicó que ella había metido los pies de la menor en agua hirviendo como un correctivo ya que la niña estaba “teniendo un mal día”.
La condición de Kaylee es muy grave ya que no ha respondido favorablemente a las cirugías que se le han realizado para quitar el tejido dañado e injertar piel sana. En los próximos días podrías perder sus pies.
“La piel no se está reparando realmente de la forma en que los médicos esperaban que lo hiciera. Kaylee tiene mucho dolor… La próxima semana le quitarán un poco de piel del muslo para tratar de reparar sus pies. Ella tiene un alto riesgo de infección y podría terminar perdiéndolas”, explicó la preocupada madre a Metro US.
La señora Vaughn, de 53 años, se encuentra en la cárcel acusada de abuso infantil agravado y de ser encontrada culpable podría pasar de 15 a 80 años en prisión.
¿Castigo o abuso infantil?
De acuerdo con la organización Childhelp, cada año en Estados Unidos se registran más de 3 millones de casos de abuso infantil.
A nivel mundial, cuatro de cada cinco niños de entre los 2 y los 14 años sufre algún tipo de violencia en su propia casa, de acuerdo con UNICEF.
“El abuso infantil es cuando un padre o cuidador, sea a través de la acción o falta de acción, provoca lesiones, muerte, daño emocional o riesgo de daño serio a un niño. Hay muchas formas de maltrato infantil, incluyendo negligencia, abuso físico, abuso sexual, la explotación y el abuso emocional”, explica la organización en su página oficial.
Los golpes, el abuso emocional y el abandono de los pequeños no son una forma óptima de crianza y pueden llegar a tener consecuencias mayores, como en el caso de la pequeña Kaylee.
El abuso infantil no solo puede ocurrir en casa, la escuela, estancias infantiles o alguna actividad en la que los niños cuenten con una figura de autoridad como profesores o entrenadores pueden ser sitios en donde se propicie este delito.
Los padres o tutores deben estar al pendiente de las señales con las que los menores pueden evidenciar el abuso que están sufriendo. Algunas de ellas son:
-Moretones, rasguños o marcas de golpes.
-Daño emocional.
-El niño no quiere explicar cómo apareció un golpe.
-Miente diciendo que se accidentó solo.
-Se muestra preocupado, agresivo o deprimido.
-Problemas para dormir.
-Presenta comportamiento autodestructivo.
