Ciudad de México.- Hoy domingo 17 de mayo tiene lugar el Día Internacional contra la LGTBIfobia. Conmemora el día en que la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales (en 2018 se eliminó también la transexualidad, ampliándose después el concepto a bisexualidad, transexualidad…). Por tanto, reconoció la condición de ‘normalidad’ a todos quienes no compartían la condición exclusiva de heterosexualidad, considerada como única admisible por gran cantidad de culturas y religiones clásicas.
El reconocimiento de hoy hace 30 años fue la constatación de una realidad que iba teniendo reconocimiento social, sobre todo en el mundo occidental y la población más ilustrada. Sin embargo, aún hoy cerca de 70 países siguen considerando delito la homosexualidad por razones sociales o religiosas. En algunos, del ámbito musulmán, está incluso castigada con la muerte. Y en otros en los que está despenalizada esta condición, no faltan voces que siguen despreciando a las personas que no se ajustan a sus esquemas mentales y siguen empecinados en la ‘enfermedad’ cuando no en el ‘pecado’
En todas las comunidades hay personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales. Son gente a la que conoces, tus colegas, tus amistades y familiares. Aunque creas que nunca te has encontrado con un solo miembro de la comunidad LGBTI, lo más probable es que sí. Pero algunos de ellos, o quizás todos, han tenido que guardar silencio porque, si se muestran abiertamente tal y como son, sufren estigmatización, discriminación o incluso violencia.
A veces estas injusticias comienzan en la infancia. Entre la juventud LGBTI, el riesgo de sufrir bullying, o rechazo familiar, o de tener que dejar la escuela, es mayor que entre las demás personas jóvenes. Si conoces a alguien que sea intersexual, quizás en su primera infancia les hicieron operaciones quirúrgicas que no necesitaban ni deseaban, y a lo mejor les han quedado secuelas físicas o mentales para toda la vida. Esta situación continúa en la vida adulta, cuando las personas LGBTI encuentran discriminación y violencia cuando buscan vivienda o trabajo, o cuando quieren crear una familia, ir al médico o, simplemente, caminar por la calle. Si viven en uno de los 70 países donde las relaciones entre personas del mismo sexo son delito, es posible que incluso tengan que ocultarse del Gobierno para librarse de la cárcel, o hasta de la pena de muerte. No es de extrañar que la gente LGBTI muchas veces tenga que ocultar su identidad.
Las cosas no tienen por qué ser así. Si nos unimos, podemos crear un mundo en el que tú te sientas a salvo siendo tú, seas como seas y ames a quien ames.
Así puedes ayudar:
Escucha a la gente LGBTI e infórmate sobre los problemas que tiene.
Esfuérzate por tener, tú y quienes te rodean, una tolerancia cero ante cualquier tipo de estigmatización o prejuicio contra la gente LGBTI.
Señala y denuncia todo tipo de abuso o discriminación contra las personas LGBTI, tanto en casa como en el trabajo, en la escuela, en público o en Internet.
No te calles y denuncia todas las formas de violencia, incluidas las amenazas y las agresiones verbales, aunque no estén dirigidas a ti directamente.