Hermosillo, Sonora.- Es claro que don Tomás Jiménez Ramírez es un hombre que se quiere a sí mismo, ama a su familia y quiere a sus clientes que lo abordan en su automóvil de alquiler (taxi) para su transportación; su ingenio lo llevó a diseñar un aditamento que hoy es copiado o reproducido por otros taxistas, lo cual le da gusto.
Al desatarse la pandemia por el COVID-19, don Tomás supo que tendría que seguir trabajando, como pilar en la economía de su familia.
Como le sabe a la herrería, pues diseñó la estructura que colocó en el auto – de techo a piso –, la forró con plástico transparente, sin que le obstaculizara visión y operatividad de los controles del vehículo, y listo, a meterle kilómetros a la chamba.
Explica que los clientes se suben confiados a su taxi, el cual sanitiza constantemente, huele a limpio, él se mantiene aislado del pasaje, evita el contagio y que pueda afectar a su familia.
Don Tomás utiliza además cubre-bocas y guantes en el desarrollo de su trabajo.
Dijo que varios taxistas le replicaron su estructura para sus autos, lo cual le dio gusto, pues es una forma de que sus compañeros se protejan, y también cuiden a la clientela.
