Hermosillo, Sonora.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Sonora informa que aunque consumir grasas es sinónimo de una mala alimentación, hay algunas que sí ofrecen beneficios al cuerpo, siempre y cuando sea en las cantidades adecuadas.
La especialista en Nutrición del Hospital General de Zona (HGZ) No. 14, en Hermosillo, Enny García Barbeitia, dijo que es importante destacar que la ingesta elevada de esos elementos, incrementan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
“Las grasas son nutrimentos necesarios en nuestra alimentación, ya que representan la mayor fuente de energía, ayudan a la absorción de las vitaminas A, D, E y K, y de los carotenoides (precursores dietéticos de la Vitamina A que tienen propiedades antioxidantes); y contribuyen al crecimiento y buen desarrollo del organismo, además de aportar sabor y consistencia a los alimentos”, explicó.
Destacó que existen cuatro tipos de grasas: las monoinsaturadas y poliinsaturadas, que son catalogadas como saludables; mientras que las saturadas y trans son consideradas malas para el cuerpo, y pueden causar un daño potencial en la salud.
El consumo de estas últimas, aunado al sedentarismo, promueve el almacenamiento excesivo de grasa corporal, lo que induce al aumento de grasa visceral, es decir, en la cavidad abdominal, lo que impacta en el peso corporal, asociada a la obesidad, afectación a la salud en general, la aparición de cáncer de mama o próstata, y una resistencia a insulina.
El consumo de grasas trans no debe superar el 1 por ciento de la energía de una dieta, mientras que, en el caso de saturadas, el límite es del 10 por ciento.
Para eliminar las grasas del cuerpo, se debe realizar actividad física, consumir productos que no contengan grasas trans, concientizarse sobre los efectos negativos en la salud, y ocuparse no solo en tener una dieta correcta, sino también tener un estilo de vida saludable.
Las grasas trans son sólidas, como manteca o margarina, y están en productos procesados (galletas, dulces, pasteles, palomitas de maíz, cremas para café, empanizados, frituras, papas fritas y pizza) y se suma su presencia natural en carnes o productos lácteos.
Los alimentos con alto contenido de grasas saturadas se pueden encontrar en aceite de coco o palma, leche entera, crema, carne roja, molida, tocino, pollo con piel, pepperoni, salami, huevos enteros, queso amarillo, quesos gratinados y chocolates.
Todos esos alimentos provocan daños al aumentar los niveles de colesterol de lipoproteínas (LDL), que derivan en un endurecimiento arterial que bloquea el flujo sanguíneo, y conlleva a una enfermedad cardiovascular.