Etchojoa, Sonora.- Imagínese caer a un pozo de 35 metros de profundidad en medio de la nada, eso le pasó a Alejando Parra, un joven de 17 años de edad que andaba cuidando chivas en el municipio de Etchojoa, de donde salió de milagro.
Como un hecho milagroso calificó Reynaldo Amarillas Meza, comandante de Bomberos de Etchojoa el que el menor de edad, originario del Campo 13 de Etchojoa saliera con vida pues pasó seis horas atrapado en lo profundo del hoyo de donde lo sacaron deshidratado, con poca oxigenación, débil y en estado de pánico.
Como por obra de Dios fue que el papá de Alejandro pasó por el lugar a caballo, relató, pues iba a cuidar una parcela cuando escucho unos gritos desesperados que emanaba del viejo pozo abandonado, ubicado en el monte entre el campo 14 y la comunidad de San Pedro, Etchojoa.
El muchacho cayó a las 6:30 de la mañana y fue hasta las 12:00 de medio día que de casualidad el papá iba pasando por ahí y lo escuchó”, abundó, “dice el muchacho que escuchó los casquillos del caballo y empezó a gritar sin saber que era su papá, ya que el señor se bajó del caballo y preguntó quién era pues lo ubicó por la voz y le gritó papá soy yo”.
Fue por un descuido que el menor se precipitó al fondo del pozo, explicó, pues se le había perdido una chiva y al buscarla se asomó al pozo pensando que se había caído ahí, pero se resbaló y se fue hasta el fondo.
Tardamos dos horas para sacarlo, estaba muy débil, en pánico”, apuntó, “le lanzamos una cuerda, pero de lo débil y confundido que estaba no se la podía amarrar a su cintura”.
El comandante logró tranquilizarlo dándole palabras de seguridad y por fin entre varios elementos tiraron de la soga y lo sacaron, agregó, de inmediato lo trasladaron a un hospital de Huatabampo donde lo atendieron porque llevaba poca oxigenación, ataque de pánico y deshidratación.
Fue un milagro la verdad, instinto del padre que se haya ido por ahí: Dios lo mandó por ahí porque el morro no la hubiera librado”, expresó, “ahorita ya está bien el morro. El pozo está como a cinco metros de la carretera, escondido entre unos guamúchiles”.