Guadalajara, México.-«Mariquita» tiene 118 años y no ha podido dormir. En su mente sólo ronda una idea que le angustia, que no la deja en paz.
Hace seis años, Marina, su hija, firmó una hipoteca para obtener 200 mil pesos debido a que uno de sus hijos atropelló a una persona y requerían el dinero para afrontar el problema.
Sin embargo, ahora le dijeron que el documento que firmaron fue un contrato de compra-venta por lo que ahora, la casa ya aparece a nombre de otra persona y la supuesta dueña, les ha exigido el inmueble y amenaza con el desalojo.
«Para mí es una sorpresa, es una cosa dura, pero yo no me salgo, que me arrastren, pero yo no me salgo ¿qué hago?», expresa entre lágrimas María Félix Nava.
Evitar el embargo le cuesta 300 mil pesos, dinero que no tiene, pues los únicos ingresos que hay en casa es el sueldo de uno de sus nietos, los apoyos gubernamentales que reciben doña Mary y su hija, y los dulces que la centenaria mujer vende afuera de su puerta.
Mary no quiere dejar su casa. Ahí vivió feliz con su esposo, en el cuarto donde duerme pasó los últimos momentos a su lado.
Las lágrimas regresan cuando piensa en la posibilidad de que sus dos hijos que viven con ella no tengan a dónde ir, pues ya están grandes y no tienen dinero para pagar una renta.
Además, tiene dos bisnietas menores de edad, quienes hace unos meses quedaron huérfanas y dependen de Marina y de ella.
Mary confía que Dios y de la Virgen de Guadalupe, le manden «ángeles» que le ayuden a juntar el dinero que necesita evitar el desalojo y recuperar su patrimonio.
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«Nunca me han dejado y ojalá haya gente buena que me quiera ayudar porque es una angustia muy fea y si no pagamos esa deuda me van a echar pa’juera», dice mientras talla sus ojos con un pedazo de papel que sacó de su mandil.
Si deseas apoyar a doña Mary, puedes hacer tu depósito a la tarjeta de Banamex 4766870330723497 a nombre de su hija, María Marina Nava.
