Oklahoma.- Un gran jurado federal en Oklahoma acusó a un hombre de 63 años acusado de secuestrar a su hijastra y de abusar de ella durante 19 años en México y en otros lugares mientras era padre de sus nueve hijos y ahora ha sido condenado a cadena perpetua.
Henri Michelle Piette está acusado de secuestrar a Rosalynn Michelle McGinnis en 1995 o 1996 y viajar con la intención de tener sexo con ella, según una acusación que un gran jurado en Muskogee, Oklahoma.
Piette también enfrenta cargos estatales de violación en primer grado de una víctima menor de 14 años, abuso infantil por lesiones y dos cargos de acoso sexual, según los registros de la corte del condado de Wagoner en línea.
El agente del FBI, Adam Reynolds, escribió en una declaración jurada en el caso federal que Piette tuvo relaciones sexuales con McGinnis por primera vez cuando tenía 11 o 12 años en la habitación de atrás de una residencia en la ciudad de Wagoner, en el este de Oklahoma, donde compartía una litera con otra mujer.
McGinnis tenía alrededor de 11 años cuando Piette «la llevó a una camioneta y se casó con ella» en una ceremonia en Waggoner, donde Piette «le dio un anillo», afirma la declaración jurada.
Piette cambió el nombre de McGinnis así como su propio «varias veces en un intento de permanecer oculto», dice la declaración jurada. Viajaron a lo largo de los Estados Unidos y México, pero ocasionalmente regresaron a Oklahoma para enviar cartas por correo para que la gente pensara que todavía estaban en el estado, dice el documento.
McGinnis concibió dos hijos con Piette cuando tenía menos de 18 años y otros siete después de haber cumplido los 18 años, dice la declaración jurada.
Los funcionarios federales obtuvieron muestras de ADN de Piette y ocho de los nueve niños para comparación. El noveno niño no estaba en el mismo lugar cuando se recolectaron las muestras, según la declaración jurada.
Ahora con 33 años, McGinnis dice que logró escapar de Piette el año pasado en México, donde vivían, y fue a la Embajada de los Estados Unidos, donde obtuvo pasaportes para ella y los niños para que pudieran ingresar a los Estados Unidos.
McGinnis proporcionó declaraciones a los funcionarios federales sobre su terrible experiencia e informó que Piette estaba viviendo en México en ese momento «y que tenía fuertes conexiones con la mafia mexicana».
