Ciudad de México.- Después de casi dos años una madre sigue esperando justicia contra los asesinos que le arrebataron la vida a su hijo, proceso el cual ha sido angustiante pues a enfrentado proceso legales, la corrupción de las autoridades y hasta amenazas por parte de los sujetos implicados en el crimen, quienes se encuentran en libertad.
Los hechos ocurrieron el 16 de enero de 2018, cuando Josué Emmanuel Borja Martínez, de 32 años, fue atacado con una navaja causándole una herida en el cuello, con el objetivo de asaltarlo, justo cuando caminaba sobre el Paseo de la Reforma.
Él siempre me mandaba un mensaje de WhatsApp. Me decía: ‘Ma’, salgo en 15, salgo en 10… ya estoy afuera’, ese día no sé por qué no me mandó mensaje».
Pero ese día tras el paso de las horas, no recibir alguno de sus mensajes y no verlo llegar, alrededor de las 1:30 horas, su madre de nombre Griselda decidió recrear el trayecto de su hijo desde el Sanborns de Insurgentes Norte, donde trabajaba y una hora después lo encontró sin vida frente al Metro Garibaldi.
«Mi hija me comenta que estaban grabando atrás del carro. Me bajo y le pregunto a un reportero, él me dice que había un cuerpo. Mi mente no tiene registrado el momento en el que yo corro hacia donde está el cuerpo y me doy cuenta de que es mi hijo», cuenta la mujer.
Griselda tardó casi cinco horas en rendir declaración y, desde que lo hizo, las irregularidades empezaron a brotar.
«Yo paso a las seis de la mañana y cuando el del Ministerio Público me da a firmar la declaración hay un párrafo que dice que yo me desistí de un defensor de oficio para asesoría. Ni siquiera me entero que hay un detenido».
En la Coordinación Territorial Cuauhtémoc 2, donde inició el proceso, la hicieron pagar el traslado del cuerpo a la Semefo.
«A mí me dijeron: usted va transportar el cuerpo con sus medios porque no dio para el refresco. En el Servicio Médico Forense también nos pidieron como 500 pesos para entregárnoslo rápido».
A las 48 horas, el Ministerio Público adelantó a la mujer que el detenido saldría libre, pues no había elementos suficientes para retenerlo porque estaba drogado… ¡y no era dueño de sus actos durante el homicidio!
«Yo le dije que por qué lo iban a dejar salir, si no mató a un perro, mató a mi hijo.
«Entonces le dije: ‘en este momento voy a salir, me voy a poner hasta la mad… y voy a venir y me lo voy a chin… a él y a usted, y no me van a poder acusar de nada porque no estaba en mis cabales sentidos. El Ministerio Público sólo se burló y me dijo: ‘ésa es la ley'».
«Mientras tanto, un oficial de las galeras le comentó a mi familia que el detenido iba a salir pronto porque sus familiares habían ofrecido 40 mil pesos».
Con el temor de que el único detenido saliera libre, Griselda acudió a un Fiscal -cuyo nombre pidió omitir-.
«Esa persona, que sólo me apoyó esa vez, le habló al Ministerio Público y le dijo que si él permitía que saliera el detenido le iba a levantar cargos», narra Griselda.
No fue liberado. El tiempo pasó y la mujer obtuvo información sobre los cómplices del asalto, mismas que fueron desechadas por la Coordinación Territorial Cuauhtémoc 4, donde ahora, presume, le han dado carpetazo al caso.