Guaymas, Sonora.- En el área de la parroquia de San Fernando y la emblemática plaza “13 de Julio” transcurría la mañana de este domingo como cualquier otro, los lava-carros del área entregados a su labor, el hombre de la carreta de “picos de gallo” despachando a sus clientes y algunas personas dando granos a la infinidad de pichones.
Pero algo vino a cambiar el esquema: Dos jóvenes llegaron al lugar en una motocicleta y entraron hasta el andén de la calle 24, que separa al templo de la plaza.
Traían cargando una silla de ruedas en muy bien estado y preguntaron por un indigente que acostumbra a merodear por el templo, casi arrastrándose.
Como no lo encontraron y alguien les dijo que a esa hora se iba rumbo al Mercado Municipal, donde le regalan alimento, se fueron presurosos a buscarlo.
Fue en la calle 21 y avenida Serdán donde lo localizaron, se bajaron de la moto y – para sorpresa del hombre, pudieron la silla de ruedas a su lado y lo sentaron en ella.
Tras un breve intercambio de palabras, los jóvenes se retiraron del lugar en la
motocicleta, mientras que el indigente comenzó a moverse en su nueva silla.
Regresó frente al templo de San Fernando, como lo hace todos los días, pero ahora en silla de ruedas y con una sonrisa en su rostro, gracias al gran corazón de estos dos jóvenes.
Ellos no buscaron reflectores, no esperaron la foto, se la tomaron sin saberlo, su única intención era ayudar al indigente y hacerle más cómodo su traslado a los lugares donde se nueve.
Dios bendiga a estas personas de gran corazón.
