Empalme, Sonora.- No cabe duda que el perro es el mejor amigo del hombre, y una vez más quedó demostrado con un hecho que ocurrió en esta ciudad, en donde durante el velorio de un vecino del sector Kilómetro Dos Oriente, su fiel y «mejor amigo» siempre se mantuvo al lado de su féretro.
El señor Heriberto Martínez Leyva murió la madrugada del domingo, a la edad de 81 años de edad, víctima de enfermedad que le aquejaba propia de su edad, y su capilla ardiente fue instalada en el exterior del domicilio de una de sus hijas, en el mencionado sector.
Al velorio de don Heriberto llegaron familiares, amigos y vecinos para acompañarle y darle el último adiós, pero no podía dejar de asistir «El Pinto».
Algunos de los asistentes permanecieron durante unas horas, otros estuvieron parte de la tarde y hasta entrada la noche, y otros hasta se amanecieron, pero al final se retiraron para dormir y descansar un poco, para regresar este lunes y acompañarlo hasta su última morada, en el panteón.
Pero quien no se separó un solo minuto del féretro fue ‘El Pinto’, el perrito que acompañó durante bastantes años a don Heriberto; se mantuvo en el lugar desde que llegaron con el ataúd del conocido vecino del Kilómetro Dos, el medio día del domingo, hasta el lunes por la tarde, cuando partió a la que será su última morada.
El perro estuvo en todo momento recostado a un costado del ataúd; se levantaba, se estiraba, caminada alrededor del féretro, y nuevamente se echaba a un lado.
Le dieron comida y agua, pero no quiso comer; hasta su mirada se le veía triste; solo volteaba a su alrededor y observaba a toda la gente que estaba en el lugar; luego agachaba su cabeza y cerraba sus ojos.
Don Heriberto crio a ‘Pinto’ desde que nació, hace 13 años; lo alimentaba y lo bañaba; el perro lo seguía casi a todo lugar a donde iba; era su fiel acompañante.
La vida se le extinguió a don Heriberto, y no solo dejó dolor en sus familiares, sino también en un fiel amigo, su perro, que sin lugar a dudas lo va a extrañar mucho.