Nueva Jersey.- Una mujer identificada como Jessica Pell se desmayó y se golpeó la cabeza al caer contra una mesa, hiriéndose en la oreja. Acudió al servicio de emergencias del centro médico de la Universidad de Hoboken, donde le dieron una bolsa de hielo y una curita. No le hicieron ninguna prueba. No recibió ningún diagnóstico. Le dieron una bolsa de hielo y una curita y la mandaron a casa.
Cuatro meses después le llego la factura: 5.751 dólares.
Su caso no es el único, según reporta el sitio web de noticias Vox, que ha pedido a la ciudadanía que le envíe sus facturas médicas tras visitar las urgencias hospitalarias para analizar si se están produciendo abusos ocultos. Muchos pacientes recibieron facturas de cientos o miles de dólares sólo por entrar por la puerta. Algunos ni siquiera pasaron de la sala de espera ni fueron examinados por un doctor.
Jessica Pell decidió marcharse al descubrir que su seguro médico no cubría al doctor que la iba a atender. Prefirió marcharse a otro centro que sí estuviera cubierto para evitarse sorpresas. “Probablemente no iba a valer la pena la factura que iba a recibir por salvar mi oreja, es una decisión triste pero tenía que tomarla”, explicó a Vox.
Aun así, recibió la factura: su seguro pagó 862 dólares, lo que consideró “razonable y apropiado”, y el resto, 4.989 dólares lo dejó a su cuenta.
“No había forma de que pudiera evitar esa factura, de saber que me iban a cobrar”, se lamentó Pell. El hospital evitó ofrecer explicaciones, pero cuando el periodista preguntó al respecto de la factura, decidió anularla.
En total, Vox ha recabado ya más de un millar de facturas de todo el país. La conclusión más evidente es que recibir atención médica es caro. Pero también resulta difícil librarse de pagar aun sin recibirla.
Carolyn Wallace llevó a su hija de cuatro años, Elizabeth, a un centro de urgencias en Texas después de que chocara contra una mesa y se hiriera en la frente. Tras esperar una hora, y que sólo la tomaran la temperatura, decidió llevarla a otro sitio, pero aún así recibió la factura: 300 dólares por ir al hospital y 699 por que el asistente médico le tomara la temperatura.
Cuando protestó, el hospital anuló la factura de 300 dólares, pero queda la otra pendiente porque el médico trabaja para otra compañía. ¿Por qué le cobraron los 300 dólares? Sólo por entrar. Los centros argumentan que sirven para el mantenimiento de los edificios. Pero el análisis periodístico ha descubierto que entre 2009 y 2015 subieron un 89%. Además, no son públicas: quien entra al hospital no sabe que va a ser cobrado por ello.