Hermosillo, Sonora.- Para María del Rosario Robles y Arturo Romero su vida prácticamente se acabó desde hace nueve años cuando a causa del alcohol perdieron a su hijo Arturo, de tan solo 18 años de edad, durante un brutal choque-volcamiento en plena zona urbana de esta capital; pero resulta que el jovencito nunca probó bebida embriagante alguna.
Aquella madrugada del 19 de febrero del 2010 Arturo regresaba de una fiesta con unos amigos a bordo de una camioneta Ford “Explorer”, todos sobrios, cuando fueron brutalmente chocados en el cruce de las calles Garmendia y Aguascalientes por un automóvil Dodge “Neón”, que en estado de ebriedad manejaba un jovencito de apenas 15 años de edad.
Lamentablemente Arturo no resistió a las lesiones sufridas y perdió la vida; era un muchacho sano, la primera vez que salía a una fiesta y nunca había probado el alcohol, pero murió a causa del mismo.
Estaba cursando el último semestre de preparatoria en el Colegio de Bachilleres, “era muy bueno para los números”, señalan, por lo que buscaría cursar la Licenciatura en Matemáticas, opero aquel día sus sueños se fueron con él a la tumba.
Sus padres señalan que no se hizo justicia con la muerte de su hijo, las autoridades de aquel entonces no respondieron y el jovencito alcoholizado quedó libre el mismo día
De esta manera, el joven Arturo Romero Robles pasó a formar parte de la estadística de víctimas de accidentes generados por el alcohol, sin haber probado una sola gota del mismo, y la justicia, como es común, durmiendo el sueño de los justos.
Con datos de El Imparcial